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Por Camilo Villarroel

Aclarar, antes de todo, que no estoy personalmente en contra de las personas a las que me he de referir en estas líneas y que todo presunto cuestionamiento es meramente el ejercicio de la principal herramienta que nos ofrece la democracia como ciudadanía libre… ¡el cahuineo!

Cuando hablamos de lobby en Chile es imposible no referirnos a lo que sucede todos los días en la Cámara de Diputadas y Diputados, pues es la principal cancha de acción de los delanteros en el arte de ejercer de presión a los políticos para influenciar en sus decisiones. Esto es lo que ocurrió el pasado 30 de mayo del 2023, día que pasará a la historia por haberse aprobado el proyecto de resolución N°778: el día nacional de la churrasca.

El proyecto propuesto por el diputado Radical, Cosme Mellado fue aprobado con 135 votos a favor y uno en contra. La manera con la cual se consiguió tal aceptación fue a través de lobby, pues aquel día llevaron de invitado desde San Fernando al “Rey de la churrasca” a los pasillos del Congreso y repartieron una churrasca a todos los parlamentarios para convencerlos de aprobar. El resultado no pudo ser mejor: la aprobación unánime (exceptuando al Gonzalo de la Carrera) y un señor claramente feliz porque el patrimonio gastronómico de la región de O’Higgins tendrá un día conmemorativo. Todo esto gracias al lobby facilitado por donativo de una churrasca.

Otra vez en que el lobby “finiquitó” resultados, fue el 14 de julio de 2022, día que el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad aprobó de forma unánime el reglamento que regula movimiento transfronterizo de residuos peligrosos a nuestro país. Este reglamento se enmarca en la Ley 20.920 (Ley REP), y que está en conformidad con el Convenio Internacional de Basilea, el que regula precisamente esta temática y que, según el artículo N°8 de la misma ley, seria elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y ratificado por decreto supremo presidencial.

La discusión fue llevada a cabo en poco más de 40 minutos y tuvo la presencia de los ministros de ese entonces de Salud, Educación, Vivienda, Transporte, Economía, entre otros, y fue presidida por la ministra de Medio Ambiente Maisa Rojas. En la ocasión existieron voces críticas, como el ministro de Vivienda Carlos Montes, quien comentó que “para el Ministerio de la Vivienda hay preocupación sobre el tema del residuo y lo territorial para los efectos de valorización económica. Nosotros necesitamos saber dónde ocurriría y saber bajo cuáles condiciones, esto puede significar grandes extensiones de territorio y eso toma riesgos para distintos sectores y poblaciones de más largo plazo”. Por su parte, la exministra de salud María Begoña declaró: “a nosotros nos gustaría que hubiese alguna referencia a cómo se va a verificar ese concepto de <contaminado por otros materiales> porque queda muy abierto”. Sin embargo, los ministros decidieron aprobar el reglamento, incluso aunque parezca chacota, algunos como el ministro de economía Nicolás Grau aprobó antes de escuchar la discusión completa porque tenía otros compromisos.

Recordemos que el lobby puede ser desde privados, organizaciones civiles u del mismo gobierno. En este caso, el lobby fue dado por la presión del Ministerio de Medio Ambiente a los demás ministros para tener la visión conjunta y dar “la imagen de unidad como gobierno”, con la condición que van incluir sus inquietudes posteriormente; teniendo así con un exitoso resultado pues contó con apoyo unánime y hoy está en espera de la ratificación por decreto supremo del presidente, a pesar de que aún tiene cuestionamientos. 

Actualmente hay una ley de lobby, pero como hemos visto en los ejemplos, estos generalmente son funcionales para su cometido. Queda preguntarse si se justifica como método de actuar, pues finalmente en toda democracia hay que saber convivir con éste, para bien o mal. ¡TAN TAN!