Por Valeria Moreno
Las tecnologías que han emergido durante la sociedad digital han generado grandes procesos de cambio, las cuales han modificado las relaciones humanas con especial vínculo en la forma de ser y estar en el mundo. La era digital avanza a pasos agigantados, digitalizando procesos en las diversas áreas del quehacer, impactando en lo económico, político y social de todas las naciones. Uno de los impactos de la propagación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es que conducen a panoramas inciertos en el escenario internacional, donde una cierta población humana se ha ido enajenando de su fuerza de trabajo producto del reemplazo de los seres humanos por máquinas robóticas que sustituyen su labor. Por ende, una de las más grandes consecuencias a las cuales nos enfrentamos es a los desempleos masivos, dada la automatización de la época actual.
Concretamente, estamos insertos en una nueva revolución histórica, no solo en el interior de los subsistemas políticos de los países, sino a una escala global vinculada a la dialéctica Capital-Trabajo que, caracterizaba hasta ahora, los avances históricos, políticos y económicos. Sin duda, en un futuro muy cercano, esta dialéctica puede culminar dentro de la era de la Revolución Tecnológica que estamos viviendo como humanidad, lo que daría un inédito inicio a la era del Capitalismo Cibernético.
Sin embargo, en el presente nos encontramos con grandes desafíos en el territorio nacional, donde primeramente el trabajo es readecuarnos a este contexto tecnológico, pudiendo estar a la altura de políticas públicas modernas, que contemplen las tecnologías existentes desde, por ejemplo, el ámbito de Defensa Nacional, tal como la Ciberseguridad, que se ha estado discutiendo en la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputadas y Diputados, lo cual es un gran avance en materia legislativa. Por otro lado, en la promoción de programas y sitios web de avance en materia digital, los cuales puedan facilitar el acceso de la población a beneficios sociales y a su vez disminuir la burocracia de los procesos de postulación. Un ejemplo, es el proyecto de “Ventanilla Única” para el Ecosistema Digital, el cual es uno de los ámbitos de acción del Ministerio de Desarrollo Social que busca mejorar la experiencia usuaria de las personas con el Estado.
De esta forma, podemos avanzar hacia un Estado más integrador, innovador y mucho más efectivo, en son de cumplir su función máxima que es servir al bien común. Esto, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas, modernizar la función pública, teniendo como ejes principales el fortalecimiento de la integridad de los individuos y la accesible disposición de la información existente en el ciberespacio.
Nos queda un largo y arduo trabajo por delante, pero la construcción de una esfera pública que se adecue a las necesidades de sus ciudadanos y ciudadanas durante la Sociedad Digital es imprescindible para el desarrollo fructífero de nuestra Nación.